domingo, 15 de marzo de 2009

Trampas urbanas y velocidad

Si no fuera trágico, sería otro WTF, pero el resultado no permite bromas.

Ayer tres motoristas resultaron heridos al chocar contra coches parados en el semáforo en el que termina el puente de Calatrava, en Valencia. El puente, la "peineta", no necesita gran descripción, es un puente del valenciano Santiago Calatrava, y todos los hace iguales, así que cualquiera que haya visto sus puentes por Sevilla, Barcelona Israel... o donde sea, ya sabe cómo es el puente.

Solo por la manía de vender el mismo puente en todas partes se explica este cambio de rasante tan brutal en una ciudad llana como Valencia, en la que este puente es la única pendiente reseñable en toda la ciudad y alrededores (quienes han circulado en bici por la ciudad no me dejarán mentir.

La segunda trampa urbana es la velocidad. Prueben a respetar los límites de velocidad en la ciudad de Valencia, escucharán todos los tipos de claxon que existen (lo de los carriles merece post aparte).

Por supuesto, si somos políticamente correctos no podemos acusar a los motoristas accidentados de incumplir las normas de velocidad, cosa que no haría si este fuera un medio serio, pero como es mi blog y me lee cada entrada una cincuentena de personas tirando alto, me permito suponer que muy despacito no irían para comerse los coches.

La solución... la pagaríamos todos, pero verán como si hacen algo será poner incómodos resaltes. Algo más imaginativo sería poner señales luminosas y algo radical sería modificar el puente. Pero no se preocupen, mientras Rita sea alcaldesa, antes veremos un torneo de la PGA en la plaza del ayuntamiento (que tanta falta nos hace) que una solución.

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