Mi pueblo, un pueblo tradicional y asentado en costumbres ancestrales e inveteradas, ha sido sacudido por un escándalo: la Paqui, la estirada de la Paqui, ha aceptado que la invitaran a unas copas en la discoteca. Esto parece ser seguro, no un simple rumor, pues varios testigos vieron al Alvarito pagar las consumiciones, siendo que el Alvarito ni es novio formal ni ná ni ná. A la Costi también parece que la convidaba, pero como la Costi es una bocuda, y todos se lo imaginaban, porque esas faldas que lleva no son normales y tanto estrenar pulseritas, cuando luego va llorando a la panadería de que con el sueldo no le llega...
La Paqui lo negó desde el principio: "yo me pago mis consumiciones", dijo en la carnicería para quien lo quisiera escuchar, pero lo bien cierto es que Jose, el camata, dice que no es verdad, que el Alvarito se pasa al final de la noche y paga las rondas de la Paqui y de otras (aunque a Jose ya le ha llamado al orden el dueño de la discoteca, por meterse donde no le llaman).
En los pueblos pequeños, ya se sabe, no se dicen las cosas, pero se suponen. Al fin y al cabo, si una acepta que la inviten a unas copas, por algo será, porque no hay hombre que vaya sacando azulillos si no espera guardarla en caliente. Y nadie dice que la Paqui se deje... pero si permite que la inviten, no será por nada; y si la invita el Alvarito, a lo mejor la invitan otros y, hablando en plata, si no se la follan, por lo menos se la chupa.
Yo pensé al principio que no debía ser verdad porque además de negarlo la propia Paqui, la Barbie, su mejor amiga, dijo también que no era cierto y yo creo en la presunción de inocencia en los cotilleos. Lo malo de la Barbie es que la pierde la boca y cuando dijo lo de que la hija del alcalde recibe flores de su novio y que eso viene a ser lo mismo, fue como reconocer que la Paqui sí que se dejaba invitar. Y que no cuela lo de la hija del alcalde porque el Miguel Ángel es novio formal y lo de las flores lo sabíamos todos, que ya se ocupa él de pregonarlo para que todos veamos lo en serio que va, lo bien que se porta y lo generoso que es.
Encima, ahora resulta que el Alvarito también le había pagado unos cubatas a la Barbie, y al decírselo a ella en la plaza se ha cabreado mucho (y la Barbie cabreada da mucho miedo) y ha dicho que todas las chicas reciben regalos y que a la que pille diciendo algo de ella o de la Paqui la va a correr a gorrazos; que lo que pasa es que ellas no se la chupan ni al Alvarito ni a nadie y eso será lo que hay que demostrar. Pues con miedo y todo, la gente piensa que son unas guarras y la que se deja invitar...
La Paqui lo negó desde el principio: "yo me pago mis consumiciones", dijo en la carnicería para quien lo quisiera escuchar, pero lo bien cierto es que Jose, el camata, dice que no es verdad, que el Alvarito se pasa al final de la noche y paga las rondas de la Paqui y de otras (aunque a Jose ya le ha llamado al orden el dueño de la discoteca, por meterse donde no le llaman).
En los pueblos pequeños, ya se sabe, no se dicen las cosas, pero se suponen. Al fin y al cabo, si una acepta que la inviten a unas copas, por algo será, porque no hay hombre que vaya sacando azulillos si no espera guardarla en caliente. Y nadie dice que la Paqui se deje... pero si permite que la inviten, no será por nada; y si la invita el Alvarito, a lo mejor la invitan otros y, hablando en plata, si no se la follan, por lo menos se la chupa.
Yo pensé al principio que no debía ser verdad porque además de negarlo la propia Paqui, la Barbie, su mejor amiga, dijo también que no era cierto y yo creo en la presunción de inocencia en los cotilleos. Lo malo de la Barbie es que la pierde la boca y cuando dijo lo de que la hija del alcalde recibe flores de su novio y que eso viene a ser lo mismo, fue como reconocer que la Paqui sí que se dejaba invitar. Y que no cuela lo de la hija del alcalde porque el Miguel Ángel es novio formal y lo de las flores lo sabíamos todos, que ya se ocupa él de pregonarlo para que todos veamos lo en serio que va, lo bien que se porta y lo generoso que es.
Encima, ahora resulta que el Alvarito también le había pagado unos cubatas a la Barbie, y al decírselo a ella en la plaza se ha cabreado mucho (y la Barbie cabreada da mucho miedo) y ha dicho que todas las chicas reciben regalos y que a la que pille diciendo algo de ella o de la Paqui la va a correr a gorrazos; que lo que pasa es que ellas no se la chupan ni al Alvarito ni a nadie y eso será lo que hay que demostrar. Pues con miedo y todo, la gente piensa que son unas guarras y la que se deja invitar...
1 comentario:
Ya verás como se te cabreará alguna feminista que no se haya enterado de nada.
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