viernes, 26 de junio de 2009

Eterna juventud

La inmortalidad es un tópico repetido desde que el hombre fue capaz de pensar. Todo eso de la vida después de la vida y las religiones queda muy chulo, pero ni ellos mismos se lo deben creer mucho. Por si alguien se asusta, le diré que no tengo el elixir de la eterna juventud, pero sí sé como utilizarlo.

Está claro que no podemos usarlo todos, así que el elixir debe ser administrado solo a determinadas personas y ayer murió una de esas personas. La persona que murió ayer era un símbolo de mucho y para muchos; para mí en concreto simbolizaba mi infancia... el que esta persona muera (diría desaparezca, pero Gaeddal no me lo permite) me hace sentir viejo (aquí pondría mayor, pero dejémonos de mariconadas).

Lo malo es saber cuándo aplicamos el elixir, demasiado pronto, podría ser perjudicial, esos cardados eran criminales; demasiado tarde podría ser perjudicial, con el personaje ya deteriorado.

Solo me queda por limar el método de elección de estos personajes, porque podríamos encontrarnos con que aquellos que nos caen bien son una tortura para otras personas... igual que yo hubiera administrado dosis ingentes de elixir a Farrah Fawcet algún estúpido podría habérselo puesto al alcance a Michael Jackson.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me has dado en el bebe, porque yo me hice hombre el día que vi a Fara Fawcet desnuda en el Playboy.

Résped dijo...

Es que las mujeres de hoy ya no son como las de antes.

Gaeddal dijo...

Desaparecer, desaparece David Copperfield o la tía de los Cuatro Fantásticos. La gente muere.

De hecho, la lástima de Michael Jackson es que no desapareciera de la vida pública hace diez años, que se metiera en una isla secreta.

Elvis probó y no le fue mal.

Résped dijo...

Menos mal que puse morir, aunque veo que del chorreo no me libra nadie.